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miércoles, 3 de diciembre de 2014

El baloncesto de antes

El baloncesto de antes era pasarte la mañana en clase deseando que llegase el momento de entrenar. Esperar la llegada del fin de semana para jugar ese partido, ese que te demostraba que habías mejorado. El baloncesto antes era enfadarte por fallar una canasta, escuchar mil veces que tiraras con la mano izquierda, mirar al árbitro y no creer que te hubiese pitado la quinta. Entrenar con la ilusión de que te convocasen con el equipo mayor, sentarte en un banquillo y dejarte la garganta y las manos para animar. Disputar cada balón como si fuese el decisivo. Eso era antes, pero llega un día que ya no eres tan feliz sobre la pista, que no acabas los partidos con una sonrisa radiante, y entonces llega la pregunta ¿y ahora qué?



Y en ese momento se acaba el baloncesto de antes y se pasa al baloncesto de ahora. El baloncesto se convierte en esperar al fin de semana para dirigir ese partido, ese que te demuestra que han mejorado. El baloncesto es ver como se enfadan por fallar una canasta y animarlos a continuar, decir mil veces que tiren con la mano izquierda, sonreir mientra ves su cara de incredulidad al cometer una quinta clarísima. Descubrir la ilusión en los jugadores que suben convocados, no sentarte ni un momento en el banquillo pero oír ánimos a tu espalda. Celebrar cada balón disputado como si fuese decisivo. Eso es el baloncesto ahora.

Los que vivimos un baloncesto de antes disfrutamos también del baloncesto ahora, porque este deporte se puede vivir siempre.

P.D.: Cosas que se aprenden en el Club Baloncesto Realejos