Esfuerzo, ganas e ilusión de aprender baloncesto
Una nueva etapa comenzaba para este equipo, el gran paso de minibasket a infantil. Unas chicas con pocos kilómetros recorridos en este mundillo, algunas incluso entraban en él por primera vez, pero todas ellas con muchas ganas de aprender y mejorar.
La temporada iniciaba con una liga regular de pocos equipos. Tegueste, Virgen del Mar, María Auxiliadora, Valle Arautápala, Dominicas Vistabella, Dominicas Laguna y Echeyde conformaban el grupo que disputaría la segunda división preinfantil. A tres vueltas, quedaba una competición mucho más bonita y con mayor cantidad de partidos.
El comienzo de las chicas fue muy bueno, ante el Dominicas Vistabella, un adversario que les era conocido de la pasada temporada con el que habían sufrido mucho. El encuentro llegaba a la prórroga y finalmente se acabaría perdiendo de un solo punto. Las sensaciones después del partido eran muy positivas, en poco tiempo habían recortado distancias con un rival en el que no tan atrás era claramente superior. La temporada pintaba bien.
El crecimiento fue ascendente en todo momento, el equipo no paraba de avanzar, una liga tan competida fue, en parte, la clave de ello. Como premio al esfuerzo y la constancia, se consiguió el segundo puesto en la clasificación y la oportunidad de disputar la fase final de la competición.
Así comenzaba en los Salesianos el fruto al trabajo de todo un año. Dominicas Vistabella, Valle Arautápala y María Auxiliadora serían los tres rivales de los partidos que restaban para acabar esta magnífica temporada. Sería el cuarto enfrentamiento entre todos estos equipos.
El adversario del primer partido sería el mismo con el que comenzaron la liga, Dominicas Vistabella. Partido ajustado en todo momento, buenas defensas, característica principal de las realejeras. Esta vez el resultado a favor de las nuestras, fruto al buen trabajo realizado. En el segundo encuentro se presentaban las chicas del Valle Arautápala. En defensa, como de costumbre, el equipo no tenía serios problemas pero el desacierto y las precipitaciones en ataque dejaron el marcador mucho más bajo de lo habitual, perdiendo por la mínima en los instantes finales.
Tras dos jornadas con marcadores tan ajustados, 1 victoria por 2 puntos y una derrota por 1 punto, quedaba el último de todos, contra las primeras de grupo, el equipo que más lo había puesto difícil, María Auxiliadora, con dos victorias de 20 y de 38, las diferencias parecían considerables. El partido comenzaba bien, con buenas defensas de las realejeras pero con mucho acierto exterior de las rivales, llegando al descanso 11 abajo. La continuidad y el buen juego de las chicas se vieron reflejados en el marcador, que cada vez se estrechaba más y más, llegando incluso a ponerse por arriba. A pesar del gran esfuerzo de las jugadoras no se pudo conseguir la victoria, quedándose a tan solo un punto de batir al rival más duro de la categoría. Un verdadero espectáculo, el mejor partido, todos los conceptos trabajados durante la temporada plasmados en la cancha, inmejorable manera de finalizar un campeonato.
Un verdadero placer entrenar y dirigir a estas campeonas.
“Mucho el tiempo dedicado, miles de intentos realizados, que suponen muchos errores cometidos pero desembocan en mucho aprendizaje adquirido”