El Preminibasket Masculino comenzó la pretemporada con gran presencia de niños, muchos de ellos en edades inferiores a la de 2004, esto hizo que durante la temporada se estuviesen jugando dos ligas de forma paralela y conseguir asi la mayor progresión posible de todos los jugadores.
Por un lado se jugaría la liga de promoción deportiva del Norte, liga que ha servido de experiencia para seguir mejorando y afianzando conceptos tanto en ataque como en defensa. Muchos de los jugadores que jugaban ésta liga también lo hacían ese mismo fin de semana con el Preminibasket de primera división, haciendo el esfuerzo de doblar partidos con el objetivo de seguir evolucionando.
La otra liga paralela que jugaron los jóvenes jugadores del Realejos fue la liga de Preminibasket de Primera división. En Noviembre comenzó la fase previa que definiría que grupo jugarían los chicos, el objetivo era intentar no ir al último grupo, pero la gran fase previa jugada hizo que los Realejeros quedaran segundos de grupo al ganar de 3, 4 y 20 puntos de diferencia al Tegueste, Hispano Inglés y EMB Candelaria respectivamente. El gran trabajo realizado hizo que el equipo estuviera encuadrado en el Grupo A de primera división, liga que jugarían los 8 mejores equipos de Tenerife en la categoría.
Después de las Navidades comenzaría dicha liga, fue una temporada que, pese a las derrotas recibidas, sirvió para que los jugadores maduraran a nivel individual, ya que enfrentarte contra jugadores más expertos y muchos de ellos, de mayor edad, requería un mayor esfuerzo físico y mental. A nivel colectivo, la progresión fue de menos a mas, cada partido era un reto para poner en práctica los conceptos adquiridos durante la semana y los jóvenes chicos así lo conseguían cada fin de semana. Al final de la temporada se conseguiría un octavo puesto, un puesto más que meritorio teniendo en cuenta la dificultad que la liga entrañaba.
Lo mejor de éstos jugadores era su ESFUERZO diario en querer mejorar, las GANAS que ponían para intentarlo y el RESPETO que mostraban a sus entrenadoras cada día, eso hacía que fuera un placer ir a trabajar con ellos. No hay ninguna duda que con estos valores pueden conseguir muchas de las cosas que se propongan.
Desde aquí, quiero agradecer a los padres de éste grupo, el comportamiento ejemplar que mostraron en las canchas durante la temporada y el sacrificio que muchos hacían cada fin de semana para que sus hijos pudieran jugar y divertirse haciendo lo que les gusta.